Un pensamiento devocional

lunes, 30 de mayo de 2011

Un pensamiento devocional...

Con mi mano fuerte he de reinar” – Ezequiel 20:33; Lucas 2:22-38
     Todos conocemos los sucesos del 11 de septiembre de 2001. Ese día el mundo entero pareció paralizarse… Tanto en los Estados Unidos, como en las primeras planas de los periódicos más importantes del resto mundo, no se trataba otro tema que no fuera ese funesto ataque terrorista. Pero si nosotros somos objetivos, tenemos que ver los sucesos de ese día desde otro punto de vista: ¿Sería cierto que ese ataque terrorista lo único importante y de trascendente que sucedió ese día en el mundo? ¡No! ese día pasaron otras muchas cosas en el mundo que fueron igualmente importantes y buenas, pero el mundo decidió centrarse en la desgracia.
     Ese día, como los otros días que la humanidad ha vivido desde el mismo momento de la creación, la mano providente de Dios estuvo activa, desarrollando su plan y su propósito para el hombre y la creación; llevando a la humanidad y a la creación a libertad. Ese día nacieron miles de niños que trajeron en su DNA sueños extraordinarios de Dios; nacieron libertadores, gobernadores, estadistas, científicos, apóstoles, evangelistas, profetas, pastores, maestros, servidores de las mesas, levitas de adoración, administradores, atalayas, guerreros, etc. Pero a nadie le pareció importante…
      Aunque todavía no podemos ver el fruto de los nacidos ese 11 de septiembre de año 2001, sí podemos ver el principio aplicado en otros tiempos en la historia del mundo. Por ejemplo, en el 1809 todos los ojos del mundo estaban depositados en una sola cosa: el arrollador avance de Napoleón por los poblados y las villas europeas. A nadie le pareció importarte otra cosa. Aquel hombre y aquellas batallas se convirtieron el foco de Europa y del mundo. Todo indicaba que Napoleón tomaría el mundo. Todos se olvidaron que la mano providente de Dios estaba tejiendo sueños, planificando victorias, trayendo al mundo científicos, maestros,  poetas, escritores, presidente, hombres y mujeres de bien... Se olvidaron de que a pesar de la arrogancia napoleónica, Dios seguía siendo el Soberano del cielo y de la tierra.  
     En ese año nació Liverpool, Escocia, Guillermo Gladstone, quien llegó a ser Primer Ministro de Inglaterra. En ese año, también nació Sir Alfred Tension, uno de los poetas del Romanticismo inglés más importantes de su tiempo. Ese año vio la luz por primera vez, Oliver Wendell Colmes, en Cambridge Massachussets; famoso doctor en medicina, profesor de anatomía y poeta. En ese año Edgar Alan Poe, comenzó su breve y trágica vida. Ese año nació en Inglaterra Charles Darwin, famoso por su teoría de la evolución. Los ojos del famoso político y filántropo Robert Charles Winthrop se abrieron a la vida por primera vez en ese año. Y en una rústica cabaña en el condado de Hardin, Kentuck,y, nació Abraham Lincoln, quien fue el decimosexto Presidente de los Estados Unidos.
      ¿Qué debemos aprender de todo esto? Yo quiero instarles a que sean hombres y mujeres que vivan con los ojos del espíritu abiertos a las posibilidades de milagros y prodigios que la mano providente de Dios pueda hacer en ustedes y alrededor de ustedes hoy. Quiero decirles que nunca más vean el nacimiento de un niño con indiferencia sino que indaguen el Espíritu de Dios sus sueños para él. Quiero instarle a que sean como Simeón y Ana, los dos ancianos que vieron a aquel niño de ocho días de nacido que sus trajeron al templo como el Mesías, el Redentor del mundo – Lucas 2:22-38. Quiero que no menosprecien el día de las pequeñeces… porque todo, todo proceso histórico de gran envergadura comenzó con un paso pequeño en secreto- Zacarías 4:10.
    También quiero instarles a que no se enfoquen en las desgracias sino en la mano providente de Dios. Que hoy vean lo que vean, pase lo que pase se levanten a decir como el apóstol Pablo: “¡No me desalentaré pase lo que pasé porque yo sé que esta leve tribulación momentánea, produce en mí un cada vez más excelente y eterno peso de gloria¡”- 2 Corintios 4:17
Por: Griselle M. Trujillo     gtrujillo913@gmail.com

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