Un pensamiento devocional

miércoles, 18 de mayo de 2011

Un pensamiento devocional...

 Y los enemigos del hombre serán los de su casa”- Mateo 10:36-42
    Se les llama iglesias clandestinas a aquellas agrupaciones cristianas compuestas por los fieles que reconocen a Jesucristo como su Salvador y se oponen a la manipulación por parte del Partido Comunista Chino; el cual les obliga a adaptar sus creencias a los dogmas del partido. Son iglesias que se reúnen en casas, en los montes o en edificios abandonados. Su fe tiene que ser escondida, pues no pueden hablar abiertamente de ella, ya que los agentes encubiertos del gobierno están por todos lados.
    A pesar de la dura persecución; a pesar de los abusos de poder, de los arrestos, los trabajos forzados, los asesinatos y las mutilaciones, la iglesia clandestina en la China está experimentando un poderoso avivamiento. El Gobierno chino ha reconocido oficialmente que el número de personas que se definen como religiosas en esa nación es mucho más alto de lo que se pensaba. Según un estudio sobre la espiritualidad en China, elaborado por dos profesores de la Universidad Normal Oriental de Shanghái, la cifra de creyentes asciende a 300 millones, sobre en una población de 1.300 millones; lo que representa, un aumento de un 30%.
     Según la investigación, las cinco prácticas religiosas más importantes son el budismo, taoísmo, islamismo, catolicismo y protestantismo. En el comunismo, el gobierno es “dios”; por eso prohíbe el culto en iglesias que no estén autorizadas por el gobierno central e impide el uso de imágenes o símbolos religiosos. No solo los evangélicos son perseguidos y asesinados por su fe, también los practicantes del catolicismo sufren las mismas persecuciones y condenas por su obediencia al Papa y a la Iglesia de Roma.
    Ser un creyente en Jesucristo en China es un riesgo de muerte segura. Pero a pesar de ello, millones de personas se han unido al ejército de la fe. ¿Por qué? Porque la dura persecución ha hecho que  la iglesia tengan que depender únicamente del ministerio y el servicio del Espíritu Santo y de los ángeles para poder subsistir; porque en medio del fuego de la persecución y la prueba Dios se hace visible y real. 
         Esa Iglesia clandestina es muy poderosa, ese poder lo han adquirido a través de la obediencia y la oración. Para poder subsistir sin ser descubiertos por el gobierno, los creyentes de la iglesia china tienen que depender de la dirección y la protección del Espíritu Santo y los ángeles; para eso oran tres o cuatro horas diarias. Además, la iglesia tienes algunos miembros cuya única tarea es orar, día y noche, mañana y tarde. Cada minuto del día que pasan despiertos están orando; pidiendo sabiduría, pidiendo avivamiento, pidiendo milagros, pidiendo protección milagrosa, pidiendo sanidades y provisión milagrosa. Debido a su clandestinaje y debido a su falta de recursos, la organización de la iglesia cristiana china es muy sencilla.
    La iglesia clandestina en China se compone de dos tipos de líderes y el pueblo. Los líderes son divididos en  líderes espirituales, estos son los que ayunan y oran por los otros líderes y por la iglesia y los lideres operacionales (o prácticos), que son los que evangelizan, enseñan y sirven. Las reuniones son sencillas. Como en la iglesia primitiva no tienen ningún ministerio de predicación o adoración; ni comités de construcción ni Junta Administrativa. Se reúnen cuando pueden y como pueden, cambiando de lugar de reunión constantemente; y sus reuniones consisten de sencillas  y apasionadas expresiones de gratitud y adoración; pequeñas enseñanzas y mucha oración.
    Las vigilias de oración son constantes y los ayunos eternos. Los creyentes chinos tiene dos tipos de ayuno: los forzados, aquellos hechos porque no tienen nada que comer y los ordenados, aquellos que el Espíritu Santo les pide que hagan, cuando hay que interceder por alguna persona o situación. Por ejemplo, un hermano chino ayunó cien días para obtener una Biblia. Luego de este ayuno, recibió una Biblia de forma sobrenatural. ¿Te imaginas, ayunar cien días, más de tres meses, pidiéndole a Dios que le supla una Biblia que nosotros podemos comprar en cualquier farmacia por menos de cinco dólares? ¡Ups! Me parece que Dios va a tener que permitir que la iglesia sea un poco exprimida, para que anhele la Palabra, la presencia del Espíritu Santo y el avivamiento. La Iglesia de China opera en lo sobrenatural. Los milagros son necesarios para poder sobrevivir la persecución. Por ejemplo, cuando hay mucha persecución y oposición, ellos dependen de que el Espíritu. Santo les dirija y los ángeles los escondan. Para lograrlo, los creyentes chinos tienen que hablar muy poco y oír mucho. En nada se parece a nuestro sistema. Nosotros hablamos y hablamos y hablamos y no oímos nada. ¡Ciertamente, necesitamos un avivamiento!
Hoy es un buen día para levantarnos a orar por la Iglesia perseguida. ¡Pidamos un verdadero avivamiento en la Iglesia!
Por: Griselle M. Trujillo   gtrujillo913@gmail.com

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