Un pensamiento devocional

miércoles, 9 de marzo de 2011

Un pensamiento devocional...

porque como según piensa en su alma, así es…”- Proverbios 23:7
El lunes comenzamos a hablar de cosmovisión
    Ayer definimos la cosmovisión como la forma en la que un individuo ve y entiende su persona, a la persona de Dios, a otros y al resto de la creación. Como la filosofía de vida consciente o inconsciente de cada persona. Como el cocimiento en el alma que determina los pensamientos, las actitudes, las palabras, las acciones y el destino de cada ser humano. Como el marco de referencia que moldea el carácter, la acción o inacción, lo que somos o no somos.
     Dijimos que la cosmovisión es creada, se va formando desde que estamos en el vientre de nuestra madre de forma consciente o inconsciente; a través de todo el conocimiento que entra por nuestros sentidos. En ese sentido, nuestros padres, la historia de nuestra nación, la cultura y la educación formal o informal, las circunstancias de la vida ayudaron a formar nuestra cosmovisión…
    ¿Qué dice la Biblia de ello? Bueno, lo cierto es que aunque el término cosmovisión no lo podemos encontrar en las Escrituras, la Biblia sí nos habla de ello de forma certera y directa. De tapa a tapa la Escritura establece que es la familia (entiéndase el padre y la madre, así como la familia extendida), los responsables de llenar el almacén del alma de cada uno de los niños con la Palabra de Dios, para que usando esa Verdad como base, como plataforma, edifique su cosmovisión. La escritura les da la responsabilidad a los padres y a los abuelos de crear esa cosmovisión en su descendencia. De hecho, como vimos el lunes, sin mencionar el término cosmovisión, el Salmo 119, nos apunta a la necesidad de que sea la Palabra de Dios el fundamento de todo nuestro pensamiento o sea de nuestra cosmovisión.
   El Espíritu Santo de Dios es muy específico al darles la responsabilidad a los padres de producir, generar, establecer en los hijos la cosmovisión correcta para que en la adultez ellos decidan amar, honrar, obedecer y servir al Señor.
Mencionaré algunas de los mandamientos por medio de los cuales Dios hace responsable a los padres y a los abuelos (no a la Iglesia ni al Gobierno Civil, ni a la televisión, ni a los juegos electrónicos, etc., etc.) de formar la plataforma sobre la cual las generaciones que se levantan formarán su cosmovisión, la cual formará sus pensamientos, sus actitudes, su conocimiento, sus sentimientos, sus palabras, sus acciones y sus destinos:
  • En Proverbios 22:6 se nos dice: Instruye (Instruir es enseñar, ilustrar, formar, educar, adiestrar, aleccionar, encausar, enjuiciar, informar, prevenir de forma constante, firme y dedicada) al niño en el camino que debe andar, Y aun cuando sea viejo no se apartará de él.– Bíblicamente el ser humano es niño hasta los 12 años. Ese es el tiempo en el que se le forma la cosmovisión al niño. En los años de juventud – de 13 a 19 años – se corrigen y modifica esa cosmovisión. De los 20 en adelante, el individuo ya es responsable de su camino.
  •  En Deuteronomio 4:5-9 se nos da el proceso correcto: “Ahora pues, oh Israel, escucha los estatutos y los decretos que Yo os enseño para que los ejecutéis, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, el Dios de vuestros padres, os da. Ustedes no añadirán nada a la palabra que yo les mando, ni quitarán nada de ella, para que guarden los mandamientos del Señor su Dios que yo les mando…. (Es nuestro deber aprenderlas y ejecutarlas – No podemos ser hipócritas, pretender enseñarles a nuestros hijos a hacer lo que nosotros no hacemos… El ejemplo es el mejor maestro. ¡Ups!) Por tanto, cuídate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino que las hagas saber a tus hijos y a tus nietos.”. Le debemos enseñar a nuestros hijos toda la Palabra, no sólo los cuentecitos; el mandato dice toda: de tapa a tapa. En el último capítulo de la Escritura, se declaran maldiciones para aquellos que le añadan o le quiten a la Palabra…- Apocalipsis 22:18-19. ¡Ups!¡ Me parece que ya sabemos de dónde provienen los problemas de nuestra sociedad, hoy día!
  • En Deuteronomio 11:19 se nos manda: “Y enseñadlas a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Eso es, constantemente, en todo tiempo; sin perder ninguna oportunidad.
  • En Efesios 6:4 se nos manda: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.”
Mañana continuamos…
Por: Griselle M. Trujillo  gtrujillo913@gmail.com

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