Un pensamiento devocional

lunes, 14 de marzo de 2011

Un pensamiento devocional...

“No te jactes del día de mañana, porque no sabes qué traerá el día.” -Proverbios 27:1
      En el verano del 2001 me detuve en Japón por algunas horas en mi viaje a Singapur. Viajé toda una noche desde California a Japón, con un japonés dormido a mi derecha y otro a mi izquierda. Tan pronto el avión se elevó, todos los cientos de orientales que iban en el avión quedaron completamente dormidos, ni siquiera me miraron al sentarse en el avión. Por horas no abrí la boca para decir una sola palabra, y aquellos que me conocen saben que eso para mí fue el infierno… ¡Oh Dios¡, nunca me había sentido tan sola…  
      Había salido de mi casa en la madrugada, llevaba más de 19 horas de viaje… y estaba tan cansada, el cuerpo me dolía y estaba bastante asustada… De todas formas, llegamos al Aeropuerto Internacional de Osaca en la mañana del otro día… Tomaría mi vuelo a Singapur tres horas después… Esta jibarita de Camuy, caminó por el aeropuerto de Osaca con la boca abierta por dos horas… Era otro mundo, una cultura tan diferente… Todo el mundo era un poco más bajo que yo… y caminaban muy de prisa… Todos llevaban celular y en cada esquina había un local para conectarse a la Internet… Traté de pasar por una puerta automática y fui arroyada por una ola de hombres y mujeres que salían a toda carrera de uno de los aviones…
     Cuando llegué a Singapur, la experiencia fue bastante parecida, todos caminaban de prisa, con bultos y mochilas en sus espaldas y casi todos hablaban por celular y nadie me saludó y a nadie pareció importarle esta puertorriqueña asustada… y tuve que tener mucho cuidado en las salidas y entradas de los trenes y los edificios, porque la cortesía del “caballero hispano”… bueno… la extrañé…
    Bueno, yo no pretendo ser una especialista en la cultura oriental, pero sí puedo decir que tanto los ciudadanos de Japón como los ciudadanos de Singapur estaban tan ensimismados en su prosperidad y crecimiento económico que no tenían tiempo para saludar o conocer a nadie… era una loca carrera contra el reloj…
    ¿Sabes a qué se debía esa actitud? A la cosmovisión que los ciudadanos de esas dos progresistas naciones tenían y tienen… Su actitud provenía de la forma en la que los japoneses y los singapurenses veían y entendía a sus personas, a la persona de Dios, a los otros y al resto de la creación; se debía a la filosofía de vida consciente o inconsciente que ellos tenían.
     Esa cosmovisión se había ido formando por décadas debido al progreso apresurado que ambas naciones experimentaron después de la Segunda Guerra Mundial. En poco tiempo Japón se recuperó de los estragos de la guerra y asumió esta idea de superhéroe que los llevó a ser una de las más importantes  economías del mundo. El mundo estaba a sus pies… El futuro les sonreía… Con orgullo les mostraban al mundo sus edificaciones resistentes a los comunes terremotos de la región… Y las poderosas compuertas de acero construidas en muchas de sus costas que les protegerían de los maremotos…
     Pero desde el año pasado, la situación en Japón cambió… Una terrible recesión les hizo descender en su posición en la economía mundial… Pero lo inesperado pasó en la tarde de este pasado viernes (jueves para nosotros)… La tierra en el fondo del mar cerca de la costas de Japón tembló… 9.0 en magnitud… seguido de poderoso maremoto que invadió más de doce millas en aquella tierra plana… Más de 13,000 muertos hasta este momento, miles desaparecidos, billones y billones en pérdidas materiales y la crisis nuclear más grande en esa nación desde Hiroshima y Nagasaqui…
    ¿Qué sucedió? ¿Dios castigó a los japoneses porque sólo un 1% de ellos son cristianos? Es muy fácil criticar la cosmovisión de autosuficiencia de los japoneses… Pero a mí me parece que no debemos juzgarlos tan duramente ni tan rápidamente; porque aunque no lo queramos admitir, nosotros también tenemos esa misma cosmovisión de superhéroes…
      Nos acostamos todas las noches seguros que veremos el sol del próximo día… ni una sombra de dudas al respecto… Nos levantamos todas las mañanas como si tuviéramos toda una vida por delante… y hasta justificamos nuestra posición con la gracia de Dios en Cristo. Somos tan arrogantes que tenemos nuestra agenda hecha hasta el año 2013… Somos como el hombre de aquella parábola que Jesús le contó a sus discípulos en Lucas 12:16-20:
   La tierra de cierto hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí: ¿Qué haré, ya que no tengo dónde almacenar mis cosechas? ¡Esto haré!: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes. Y diré a mi alma: alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete. Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?”
     ¿Saben? Santiago, el hermano del Señor, era más sabio que nosotros; por eso nos recomienda: “Oigan ahora, ustedes que dicen: "Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia. Sin embargo, ustedes no saben cómo será su vida mañana. Sólo son un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Más bien, debieran decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. -Santiago 4:15.
¡Ups! ¡Qué mucho nos falta por aprender! Nada, vivamos este día como si fuera el último día de nuestras vidas, con pasión para Dios y Su Reino!
Por: Griselle M. Trujillo  gtrujillo913@gmail.com

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