Un pensamiento devocional

jueves, 10 de marzo de 2011

Un pensamiento devocional...

porque como según piensa en su alma, así es…”- Proverbios 23:7
Estamos hablando de cosmovisión
    Definimos la cosmovisión como la forma en la que un individuo ve y entiende su persona, a la persona de Dios, a otros y al resto de la creación; la filosofía de vida consciente o inconsciente de cada persona; el cocimiento en el alma que determina los pensamientos, las actitudes, las palabras, las acciones y el destino de cada ser humano; el marco de referencia que moldea el carácter, la acción o inacción, lo que somos o no somos.
     Dijimos que la cosmovisión es creada, se va formando desde que estamos en el vientre de nuestra madre, de forma consciente o inconsciente, a través de todo el conocimiento que entra por nuestros sentidos. En ese sentido, nuestros padres, la historia de nuestra nación, la cultura y la educación formal o informal, las circunstancias de la vida ayudaron a formar nuestra cosmovisión…
    También dijimos que Dios, el Rey, Creador, Dueño y Señor de todo lo creado (incluyéndote a ti y a mí, a tu hijos y a mis hijos, de tu nación y de mi nación), espera que sea la familia (no el gobierno ni la iglesia ni la escuela ni la universidad ni la prensa ni el cine ni la Internet o los juegos electrónicos) la que forme la cosmovisión de los niños de las generaciones que se levantan, a través del ejemplo y de la enseñanza formal o informal, diaria, constante de la Palabra de Dios.
   ¿Cuál ha sido nuestro problema con ese mandamiento bíblico? Sencillo, no lo hemos obedecido. ¿Por qué? Bueno, para explicarlo tenemos que volver a la historia… Y a muchos de ustedes no les gusta… Pero hay un dicho popular que lo dice muy claro: Nadie sabe a dónde va si no sabe de dónde viene. Si queremos salir del lío en el que estamos tenemos que volver a la raíz; y la raíz de todos nuestros males actuales está en la cosmovisión que tenemos. Y como sabemos, esa cosmovisión se ha ido formando por siglos línea sobre línea, renglón sobre renglón, un poquito aquí y otro poquito allá.
     Aunque usted no lo crea, Satanás, el engañador de las almas y de las naciones, sabe que el principio bíblico es cierto; está seguro de que el destino de la humanidad está en la cosmovisión. Por eso, ha sido muy cuidadoso y paciente en tomar para sí, en apropiarse de; en poner hombres y mujeres claves en todos aquellos medios que han ido formando nuestra cosmovisión.
     Por medio de estrategias sutiles, ha ido socavando la credibilidad de las Escrituras, hasta lograr que, neciamente, el hombre moderno llegue a rechazar su contenido. En unas estadísticas realizadas por Barna Group se demostró que más de la mitad de los hombres y las mujeres norteamericanas que dicen ser cristianos evangélicos hoy día no creen que las Escrituras sean totalmente ciertas. La mayoría de ellos contestaron que muchas de las historias bíblicas eran fábulas inventadas por los israelitas para preservar su nación. ¿De dónde sacaron eso? Lamentablemente, de la educación formal; la cual ha sido dejada al cuidado del Gobierno Civil, del cual Satanás se ha hecho dueño y señor.
    Como les dije la historia nos demuestra que esa conclusión a la que han llegado muchos de los creyentes de este tiempo, tiene su fundamento en estrategias realizadas por el enemigo de las almas desde varios siglos atrás, para ir poco a poco contaminando nuestra cosmovisión. Lamentablemente lo ha logrado porque la Iglesia se ha entretenido con programas, con activismo religioso y no ha atendido lo importante, el fundamento de toda la sociedad: La Palabra de Dios como fundamento de la cosmovisión del individuo a través de la familia.  
    Me parece que es tiempo de volver a las Escrituras, sacarlas del muro y leerlas delante del pueblo como lo hizo Nehemías cuando el templo y el muro de Israel eran reedificados -Nehemías 8. Me parece que es hora que lloremos y lloremos… porque hemos descuidado lo importante, poner la Palabra de Dios como el fundamento nuestro y de las generaciones que se levantan…
Mañana continuamos…
Por: Griselle M. Trujillo  gtrujillo913@gmail.com

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